Orígenes

Hablando de la decadencia de la pequeña burguesía inglesa, justo al principio de la Autobiografía que escribió en los años treinta, poco antes de morir, Chesterton explica que la clase media, tan respetable en tiempos de su abuelo, se ha dividido en esos momentos entre los pretenciosos (snobs) y los gazmoños (prigs). Los primeros quieren entrar en Sociedad y los segundos quieren salir de la Sociedad y entrar en sociedades tales como la comunidad vegetariana o las colonias socialistas. También sabemos por otras fuentes que, en esa época, ya había afición al orientalismo y a la antipedagogía. En la novela La tía Mame, de Patrick Dennis, situada en el periodo de entreguerras, la protagonista quiere enviar a un sobrino huérfano que ha quedado a su cargo a una escuela mixta donde las clases se dan con los alumnos y los profesores desnudos e iluminados por rayos ultravioleta, y el programa educativo —orientado a combatir intensamente toda forma de represión— consiste en gimnasia rítmica, arte no figurativo y grupos de discusión. La tía Mame no puede dejar de lamentar, entre otras contrariedades, una exigencia del testamento paterno: el niño deberá recibir una educación protestante, y de este modo se verá privado de los misterios de las religiones orientales. Esnobismo y gazmoñería suelen tener ciertos puntos de contacto, lo cual es perfectamente lógico si tenemos en cuenta que proceden de la misma clase social.

            No es extraño que, en una era de convulsiones y conflagraciones como la que ha padecido Occidente en los últimos cien años, las tendencias decadentes de las clases medias hayan tenido una vida discontinua, pero lo que no se puede negar es que en el primer cuarto del siglo XXI han vuelto a florecer con escasas diferencias respecto a las que observaba Chesterton en su tiempo: las comunidades vegetarianas pasan ahora por uno de sus mejores momentos y las colonias socialistas vuelven a ser una aspiración. Se han añadido a ellas, es cierto, otras dedicaciones y compromisos, pero todos son producto de la misma matriz. El esnobismo de la clase media ha florecido también al mismo compás, con legiones de connaisseurs en gastronomía, moda y arte contemporáneo, y cuando se ha hermanado con la gazmoñería ha producido lo que se ha dado en llamar «izquierda feng shui», con todo su universo de medicinas alternativas, ecologismo emocional y estudios de género. Es, qué duda cabe, el movimiento más conservador de nuestro tiempo. Ya llevan casi cien años persistiendo en las mismas ideas, y ahora ya ocupan alcaldías y otros puestos de poder. Son los biznietos de quienes querían salir de la sociedad y de quienes querían entrar en sociedad, y tal vez sea por este motivo por lo que, queriendo salir de la Unión Europea, del euro, del Estado de derecho y del pensamiento racional, no parece que por el momento tengan la menor intención de abandonar las pretensiones sociales.

(Publicado en el Quadern de El País, 18-01-18)

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